Carlos González D’Alessandro denuncia maniobras del poder y desafía la intervención de La Libertad Avanza en San Luis.

En San Luis se está jugando una partida política que supera lo electoral y roza lo institucional. La disputa en torno a La Libertad Avanza dejó de ser un simple diferendo entre dirigentes para transformarse en una batalla por la esencia misma de un espacio político que promete dinamitar la vieja política.

El diputado nacional Carlos González D’Alessandro denunció que, en los últimos días, el partido fue presionado para aceptar candidatos que no representan al movimiento libertario y que responden, en los hechos, al gobernador Claudio Poggi. A esta tensión se suma un capítulo aún más grave: la presentación judicial realizada por Bartolomé Abdala y Viola en la justicia electoral, que busca avanzar sobre la legalidad del partido y abrir la puerta a una posible intervención.

El mensaje del referente provincial fue categórico: “No vamos a entregar nuestras banderas de la libertad a quienes representan la vieja política del sometimiento y los pactos del poder”. La frase no es retórica: es un desafío frontal a un sistema que, de prosperar la intervención, podría dejar al partido sin autonomía y convertirlo en un satélite de las estructuras tradicionales de poder.

El Congreso Provincial de La Libertad Avanza ya tomó posición: dar de baja la alianza con figuras impuestas y presentar una lista propia de candidatos a diputados nacionales. Una decisión que no solo defiende la identidad libertaria en San Luis, sino que también marca un precedente para todo el país: ¿hasta dónde puede llegar la injerencia judicial y política en un partido que nació al calor de un voto antisistema?

Inspirado en la línea dura de Javier Milei, D’Alessandro repitió el mantra libertario: “La libertad no se negocia. No vinimos a ser cómplices del sistema, sino a destrozarlo”. La advertencia es clara: cualquier intento de cooptar al espacio desde la justicia o desde los pactos de cúpula será denunciado como un acto de traición al mandato popular.

El trasfondo es aún más inquietante: si la justicia electoral avanza en la dirección que plantea Viola, La Libertad Avanza en San Luis podría perder su autonomía, generando una fractura profunda en el movimiento. Ese escenario no solo complicaría la estrategia libertaria en la provincia, sino que también pondría en riesgo el relato de independencia que Milei busca instalar a nivel nacional.

Con tono de advertencia, D’Alessandro recordó las palabras de Alejandro Fantino: “La confianza se gana de a gramos y se pierde a kilos”. En un contexto donde la política se juega en la delgada línea entre la militancia y las roscas judiciales, esa confianza es el activo más valioso.

El cierre fue más que simbólico: en el Día del Libertador San Martín, proclamó que “los leones de San Luis están despiertos”. Una metáfora que mezcla épica libertaria y amenaza política directa: no habrá entrega, ni en el terreno electoral ni en el institucional.

Lo que está en juego no es solo una lista de candidatos, sino la legitimidad de un movimiento que se define como el enemigo de la casta. Si la justicia avanza en la intervención, el golpe no sería solo local: pondría en cuestión la promesa libertaria de ser una alternativa real frente al sistema.

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