El gobernador marcó distancia de Milei y de la contienda nacional. Apuesta a consolidar su poder territorial y blindar su proyecto político.
En un contexto donde la política nacional arde y los alineamientos se vuelven moneda corriente, Claudio Poggi decidió patear el tablero. En su reciente visita a Villa Mercedes, el gobernador fue tajante: «No tiene sentido participar en las elecciones nacionales», en referencia a la competencia por las bancas de diputados del próximo 26 de octubre.
La declaración no pasó desapercibida. El líder de Ahora San Luis, el frente provincial que lo llevó al poder, optó por no jugar en una elección que considera ajena. “Es Milei sí o Milei no. No tiene nada que ver con nuestro frente político”, afirmó, marcando una distancia calculada tanto del oficialismo libertario como de la oposición tradicional.
Poggi busca blindar su gestión. Lo dejó claro cuando sostuvo que Ahora San Luis es una confluencia de partidos que se unieron para garantizar gobernabilidad en lo provincial y municipal. “Nuestra prioridad es San Luis, y es lo que tenemos que cuidar”, insistió frente a los medios locales.
La jugada tiene lógica. Poggi se enfrenta a una doble tensión: por un lado, mantener cohesionada su coalición multipartidaria; por otro, no diluir su capital político en una disputa nacional donde poco puede ganar y mucho puede perder. “Nos unimos para defender San Luis y remontar la tragedia social que nos dejó el Gobierno anterior”, remarcó, buscando diferenciarse de cualquier arrastre ideológico externo.
La lectura es clara. Poggi no quiere que su proyecto se emborrache con la polarización nacional. En vez de eso, apuesta a consolidar poder en el territorio, fortalecer intendencias, aceitar relaciones legislativas y avanzar con políticas públicas locales. Un modelo de gestión con impronta puntana, lejos del ruido porteño.
No obstante, fue prudente al remarcar que cada partido que integra el frente decidirá qué hacer. “Cada partido político decidirá lo que más le conviene”, soltó, dejando abierta una vía para quienes quieran coquetear con alguna boleta nacional.
Detrás de esta decisión subyace un cálculo: la elección nacional no define el poder en San Luis. Poggi ya tiene lo que necesita —la gobernación, el apoyo de intendentes, mayoría legislativa— y sabe que dividir fuerzas por una banca nacional puede erosionar la cohesión del frente.
En este escenario, Ahora San Luis busca blindarse como una estructura territorial sólida, centrada en el gobierno provincial. El mensaje es claro: no habrá desvíos, ni internas, ni aventuras nacionales que pongan en jaque la gobernabilidad.
Con esta postura, Poggi vuelve a plantarse como líder provincial fuerte, marcando agenda propia. Y si bien no se mete de lleno en la grieta nacional, tampoco se subordina. Su poder no pasa por Buenos Aires. Pasa por San Luis.