Merlo, epicentro de la cruzada mileísta: D’Alessandro baja línea y calienta motores en San Luis

Con una convocatoria que combinó mística militante y estrategia territorial, La Libertad Avanza se plantó en Villa de Merlo para proyectar el ideario libertario en clave local. Carlos D’Alessandro ofició de emisario directo del presidente Milei, en un acto que expuso tanto el entusiasmo como las tensiones de una fuerza que busca dejar de ser novedad para transformarse en estructura de poder real.

La reciente actividad partidaria de La Libertad Avanza en Villa de Merlo no fue un simple encuentro político. Fue una puesta en escena. Un ensayo general con público. En tiempos donde la representación política se redefine a velocidad de vértigo, el desembarco del diputado nacional Carlos D’Alessandro en la localidad turística de la costa de los Comechingones evidencia que el mileísmo no quiere quedar encapsulado en las redes ni en la Cámara baja: busca territorio, estructura y músculo electoral.

El acto, definido como «encuentro de militantes y simpatizantes», sirvió también para aceitar vínculos, bajar línea y ensayar retóricas. En el aire flotaba una frase repetida como mantra: «un San Luis libre». Libre de qué o de quién, no quedó del todo claro. Pero en política, los vacíos discursivos suelen ser eficaces cuando se llenan con indignación emocional.

D’Alessandro, con el tono doctrinario que lo caracteriza, remarcó el compromiso con la «libertad individual» y la «prosperidad», conceptos que en el ecosistema libertario tienen una carga ideológica clara: menos Estado, más mercado; menos regulación, más iniciativa privada. Pero ¿cómo traducir esto a la realidad concreta de los municipios puntanos, con sus urgencias sociales, su dependencia presupuestaria del Estado provincial y su fragmentada economía informal?

Los referentes locales hicieron eco del mensaje presidencial con un entusiasmo contagioso. Sin embargo, en los márgenes del discurso, asoma el desafío central: convertir esa épica libertaria en una hoja de ruta viable para los problemas cotidianos de San Luis profundo. Porque el mileísmo en la provincia aún navega en las aguas del entusiasmo y la expectativa, pero carece de anclajes sólidos fuera de sus figuras visibles.

No pasó desapercibida la intención de “trasladar el proyecto nacional a cada municipio”. Frase ambiciosa que pone en evidencia el objetivo real: construir poder territorial, disputar intendencias, sumar bancas legislativas y pelear por el control simbólico de la agenda política provincial. Lo que está en juego no es sólo la adhesión a un modelo nacional, sino la posibilidad de erigir una oposición sólida —y quizás futura gestión— al actual oficialismo puntano.

En definitiva, la foto de Merlo es más que un testimonio militante: es una declaración de intenciones. Y en una provincia históricamente dominada por estructuras verticalistas, el intento de La Libertad Avanza por enraizar su mensaje puede devenir en uno de los capítulos más interesantes de la política puntana contemporánea. Falta ver si la prédica libertaria logra superar la etapa performática y convertirse en fuerza organizada. O si el entusiasmo se desvanece con la misma rapidez con que crecen las facturas de luz.

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