Por Hector Acosta 
La decisión de Javier Milei y su entorno deja sin poder territorial al diputado González D’Alessandro, acusado de actuar en sintonía con el kirchnerismo local.
Ni un suspiro duró la jugada del diputado nacional Carlos González D’Alessandro, quien intentó desconocer la oficialización de la lista de candidatos del Frente La Libertad Avanza en San Luis. El legislador, que buscaba imponer su propia nómina en la previa del vencimiento de plazos, recibió una respuesta tajante: el espacio de Javier Milei decidió retirarle el control de la fuerza en la provincia.
El golpe político se formalizó a través del apoderado Santiago Viola, que lo acusó de inconducta partidaria. El castigo fue inmediato: todas las actuaciones realizadas por D’Alessandro quedaron sin efecto, incluida la lista que había inscripto con él mismo encabezando la boleta.
El movimiento es contundente. D’Alessandro no solo es diputado nacional en ejercicio, sino que recientemente, el 11 de mayo, fue electo diputado provincial. Sin embargo, su intento de acumular poder territorial tropezó con la voluntad de los Milei, que ahora apuestan a otros nombres para representar al espacio.
Desde la Secretaría Electoral Nacional de San Luis confirmaron que la jueza federal con competencia electoral, María Servini, notificó el cambio, dejando en claro que la jugada de D’Alessandro no prosperará.
El trasfondo de la decisión expone algo más profundo: D’Alessandro ha tenido históricas actuaciones funcionales al ex gobernador Alberto Rodríguez Saá, figura central del kirchnerismo en San Luis y promotor de la candidatura a diputado de Jorge “Gato” Fernández. Esa cercanía política fue la gota que colmó el vaso para los libertarios, que interpretan su movida como una traición a la línea del espacio.
En paralelo, se resolvió remover a su hijo, Matías González D’Alessandro, de la presidencia del distrito San Luis, puesto clave desde el cual venía operando.
El apoderado Viola ya presentó la lista oficial del Frente La Libertad Avanza en San Luis, integrada por Mónica Becerra, Carlos Almena y Dalma Guinda. Con este movimiento, el mileísmo intenta mostrar disciplina interna y cortar de raíz cualquier intento de apropiación personal del sello en la provincia.
La decisión refleja la estrategia de Javier Milei: consolidar el control total de su fuerza y evitar cualquier foco de poder paralelo. Para los libertarios, no hay espacio para liderazgos díscolos ni para negociaciones que pongan en riesgo la coherencia del proyecto.
El mensaje es claro: quien se acerque demasiado al kirchnerismo o intente jugar por fuera de la línea central, será apartado. En San Luis, esa advertencia tomó forma con la caída política de González D’Alessandro, que pasó en cuestión de horas de querer manejar las candidaturas a quedar completamente aislado.