Lo que parecía un trámite legislativo menor se convirtió en una fuerte disputa política en el recinto. En la VII Sesión Ordinaria del 18 de junio, la Cámara de Diputados de San Luis debatió un proyecto para expresar preocupación por el estado de las rutas nacionales en la provincia, y terminó en una guerra discursiva. La diputada Gallardo reivindicó la gestión de Poggi, defendió el diálogo y acusó a la oposición de doble moral.
En una escena que refleja el clima político que atraviesa a la provincia y al país, la VII Sesión Ordinaria de la Cámara de Diputados de San Luis, celebrada el 18 de junio de 2025, fue escenario de un cruce cargado de tensión política. El eje del debate era un Proyecto de Declaración para expresar preocupación institucional por el deterioro de la Red Vial Nacional en territorio puntano, pero el tratamiento legislativo derivó rápidamente en un fuerte enfrentamiento entre oficialismo y oposición.
Desde la oposición se cuestionó el enfoque limitado del proyecto, que circunscribía la declaración a San Luis sin referir al contexto nacional. La diputada María Eugenia Gallardo, miembro informante por la mayoría, no sólo defendió la redacción, sino que desplegó un discurso encendido que se transformó en el centro de la jornada.
“San Luis no es una isla, pero tampoco es colonia. Representamos una provincia que necesita conectividad, desarrollo y respeto institucional. Y eso no se logra con discursos vacíos ni con nostalgia del pasado”, expresó con firmeza.
El recinto, ya cargado por otras tensiones previas, explotó en gritos, interrupciones e interpelaciones personales. Gallardo denunció que durante las gestiones anteriores la provincia estuvo aislada, sin Gendarmería Nacional, sin participación en los Consejos Federales de Inversiones ni en el Consejo Vial. “Era una islita que hacía y deshacía según conveniencias”, afirmó, en clara alusión a gobiernos pasados.
Lejos de retroceder, redobló la apuesta: “Lo que les molesta es que Poggi esté donde tiene que estar: gobernando, construyendo viviendas, mejorando escuelas, apoyando emprendedores. Eso es lo que no toleran”.
También mencionó inversiones privadas recientes en San Luis como muestra del nuevo rumbo productivo: Kimberly Clark y Dos Anclas, con desembolsos millonarios, “que la oposición prefiere ignorar”, según sus palabras.
El punto más álgido del debate fue cuando la diputada respondió a los señalamientos sobre una supuesta cercanía del oficialismo con el presidente Javier Milei. “Nos dicen socios de Milei, pero se olvidan de su sociedad con una expresidenta hoy condenada. La defienden incluso cuando la justicia fue clara. La hipocresía la llevan ellos”, remarcó.
El cierre de Gallardo fue categórico: “Si quieren volver a gobernar, tendrán que esperar que el pueblo los elija. Por ahora, 20 puntos de diferencia marcan que esa confianza la tiene otro proyecto”.
Pese a la dureza del cruce, el proyecto fue aprobado. Pero el trasfondo —el grave estado de las rutas nacionales en San Luis— quedó eclipsado por una disputa de fondo mucho más profunda: la pelea por el relato, la representación y el rumbo político provincial.