El 31 de julio, trabajadores estatales se movilizan por recomposición urgente, ley de paritarias y diálogo real con el gobierno de Claudio Poggi.

El conflicto salarial que Poggi no quiere ver

La bronca crece. La paciencia se agota. Y la calle vuelve a ser el escenario inevitable. La Mesa Intersindical Estatal de San Luis anunció una movilización para el jueves 31 de julio a las 17:30 en el Correo Argentino. ¿El motivo? Lo que debería ser obvio: una recomposición salarial urgente y una ley de paritarias provincial que saque del limbo legal a miles de estatales que hoy sobreviven con sueldos por debajo de la línea de pobreza.

Desde diciembre de 2023, el gobierno de Claudio Poggi acumula siete pedidos formales de audiencia. ¿Resultado? Silencio. Ni una convocatoria, ni una respuesta clara. Solo promesas diluidas en discursos públicos que distan mucho de la realidad de quienes sostienen el Estado.

Siete pedidos, cero diálogo real

Los sindicatos no improvisan. La falta de respuestas no es una percepción: está documentada.

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Siete notas. Siete intentos. Ningún resultado.

Solo fueron recibidos en dos ocasiones por funcionarios de segunda línea: el ministro de Gobierno, Dr. Endeiza, y el CPN Amondarain. Prometieron continuar el diálogo y brindar soluciones. ¿Y luego? Nada.

¿Qué se exige? Salario justo, revisión prometida y paritarias reales

La marcha del 31 de julio no es una más. Es la respuesta organizada de quienes se cansaron de esperar.

Las exigencias son claras:

  • Revisión salarial trimestral, como prometió el propio gobierno.

  • Recomposición urgente, acorde a la inflación acumulada.

  • Ley de paritarias provincial que respete la Constitución y convenios internacionales.

Hoy los trabajadores estatales de San Luis perdieron más del 80% de su poder adquisitivo. Viven en emergencia económica mientras escuchan al gobernador decir que “el diálogo siempre estuvo abierto”. Una frase que ya no engaña a nadie.

Dignidad en la calle

Este conflicto va más allá del salario. Es una pelea por derechos básicos. Por respeto. Por institucionalidad. Y por una vida digna.

El gobierno puede seguir ignorando notas. Pero no podrá ignorar la fuerza de una marcha masiva en pleno centro de la ciudad. Porque la dignidad se defiende. Y cada compañera y compañero sabe que resignarse no es opción.

Nos vemos el 31. En la calle. Con fuerza. Por justicia.

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