Crisis en el Concejo de La Punta: la ausencia del concejal Orozco frustró la sesión preparatoria

El faltazo del edil libertario dejó sin asumir a los nuevos concejales y encendió la bronca vecinal

La política puntana vuelve a ofrecer una postal que nadie quiere colgar en la pared. La Punta quedó envuelta en una crisis institucional tan absurda como evitable, cuando la sesión preparatoria —la instancia legal para que los concejales electos asuman— terminó fracasando por la ausencia del edil Fernando Orozco, hoy en el bloque de La Libertad Avanza.

La escena fue clara: Roxana Oros, concejal de mayor edad, presidió la sesión tal como marca el Reglamento Interno. Todos los ediles electos estaban presentes. Todos menos uno. El único que debía estar allí para completar el quórum histórico brilló por su ausencia. Y esa ausencia arrastró a todo el Concejo a un papelón.

Las palabras de Oros fueron directas. Recordó que el Reglamento es contundente: el concejal de mayor edad preside la sesión preparatoria cuando el titular finaliza su mandato. Explicó que los llamados se hicieron en tiempo y forma, con 48 horas de anticipación y con notificación escrita del mes de noviembre. “No se puede suspender una sesión por una ausencia personal”, remarcó.

El dato político es inquietante. Orozco no solo se ausentó sin el aviso formal correspondiente, sino que alegó —de manera verbal y tardía— “otros compromisos ya asumidos”. Mientras tanto, los vecinos que aguardaban afuera del Concejo reclamaron a gritos su renuncia. El clima se calentó rápido. Y no por primera vez.

Marcos Barzola: “Es una falta de respeto a nosotros y a los vecinos”

Del otro lado, Marcos Barzola —concejal electo— expresó una mezcla de indignación y hartazgo. “Vinimos preparados. Estábamos listos para asumir. Es una falta de respeto a la institución y a la gente”, dijo. También relató que, desde su lugar de ciudadano que ingresa por primera vez a la política, cuesta comprender este tipo de destratos.

Su testimonio deja un mensaje claro: los nuevos concejales, sin distinción de espacio, querían asumir. Querían trabajar. Y quedaron esperando en la puerta, literalmente, porque un edil decidió priorizar su descanso.

El historial que incomoda

La ausencia de Orozco no es un hecho aislado. Es la punta visible de un proceso de desgaste interno. Desde su asunción por MOVIPRO, el concejal acumuló proyectos escasos, varias ausencias y un pase de bloque tan conveniente como oportunista hacia La Libertad Avanza. Un salto político que intenta justificar solo él.

Esa falta de rendimiento legislativo quedó expuesta nuevamente. Y la indignación ciudadana lo confirmó. El reclamo fue contundente: “¡Renunciá!”. Una demanda inédita en una sesión preparatoria.

La pregunta que se hacen todos

Si sabía del compromiso escolar desde principio de año, ¿por qué no notificó con tiempo? ¿Por qué dejó a todo el Concejo en situación de vergüenza pública? ¿Por qué incumplió el reglamento que él mismo recibió al asumir?

Cuesta creerlo. Cuesta explicarlo. Y cuesta aceptarlo en un cuerpo legislativo que debería ser ejemplo.

Lo que viene ahora

El reglamento es claro: deben hacerse tres llamados. Ya se envió la notificación para la próxima sesión preparatoria, fijada para el domingo a las 17. Hasta ahora no hubo respuesta formal de Orozco. No hubo aviso. Ni escrito ni verbal.

Si en el tercer llamado vuelve a ausentarse, la normativa establece que la participación puede garantizarse por la fuerza pública. Así de grave es la situación.

Es un escenario inédito en La Punta. Un caso que abre un debate político profundo sobre responsabilidad pública, compromiso institucional y representación real.

La gente quiere un Concejo que funcione. Quiere legisladores que trabajen. Quiere respeto. Y lo que obtuvo este 5 de diciembre fue una postal que duele.

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